Yo no soy muy fan de las series de televisión, la verdad es que son pocas las que me han logrado atrapar y que me han hecho sentir que debo seguirlas como Glee o Lost. Pero hay una serie en particular que me dejó mucha enseñanza en mi crecimiento (aunque suene a chiste) como mujer, ya que presentaban casos y situaciones reales, con las cuales te identificabas de inmediato.
El nombre de esa serie es Sex and the City protagonizada por Carrie Bradshaw una escritoria del periódico The New York Star, la serie que es una de mis favoritas presentaba a Carrie y sus inseparables amigas Samantha, Charlotte y Miranda y sus aventuras como mujeres en una gran urbe como lo es Nueva York (una de mis ciudades favoritas).
Me parece que la serie tuvo éxito debido a que presentaba a mujeres jóvenes e independientes, y los roles sociales que cada una desempeñaba, así como mostrarnos sin tapujos las relaciones amorosas y sexuales que llegaban a entablar.
Era una seria creada por una mujer, narrada por una mujer y protagonizada por mujeres, el punto de vista siempre era femenino, lo masculino pasó a ser opacado por las protagonistas, dándole mayor fuerza al concepto. Una serie llena de consejos, personajes que querías fuesen tus amigas, situaciones de la vida real en que la mujer era puesta a prueba en una sociedad machista.
La verdad es que yo vi las seis temporadas que duró la serie y la recuerdo hasta ahora a seis años de haber concluído como una de las series más exitosas de los últimos años y una de las primeras que se atrevió a hablar de lo que parecía un tema tabú en la sociedad: la mujer.
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